NADA EN QUE CREER
Una vez hemos perdido la fe en los símbolos
no nos queda ya nada en que creer,
ni siquiera en nosotros mismos
que tanto nos hemos decepcionado.
No hay pues objetivo ni meta a alcanzar. . .
. . . . . . . . . . . . . . . . ni esperanza.
Todo queda mortecino a la espera de la nada,
mientras el paso del tiempo
pesado, es la antesala solemne
del aburrimiento infinito.
no nos queda ya nada en que creer,
ni siquiera en nosotros mismos
que tanto nos hemos decepcionado.
No hay pues objetivo ni meta a alcanzar. . .
. . . . . . . . . . . . . . . . ni esperanza.
Todo queda mortecino a la espera de la nada,
mientras el paso del tiempo
pesado, es la antesala solemne
del aburrimiento infinito.
un poema de Karl Wolfovitz.
1 comentarios:
Me gusta ver personas con mucha edad y muy lucídas con la cabeza despejada.
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