tierra negra
Reposa del camino. Bajo el ojo de oro,
el reino es infinito. En la llanura
de calma y soledad, el viento se duerme.
Río arriba, entre muros de desierto,
viene la barca del dios. Mil estandartes
flamean en los mástiles, radiantes de sol.
Sacerdotes remeros cantan viejos himnos
al señor de la muerte, mientras hieren
el lodo, las aguas grasas.
Esta luz, la paz de este largo día,
son tuyas, caminante, si la ancha tierra
del trigo eterno te llama por tu nombre.
Salvador Espriu
5 comentarios:
No, es muy triste!
Cantar al Señor de la muerte...
Esto me deprime.
Espriu era un poeta muy triste.
Además dicen, bastante malcarado, un dia por la mañana se ve que salió a pasear y un jo0ven poeta admirador suyo le saludo:
Buenos Dias Maestro, ¿como vamos?
Y el otro le contestó:
Buenos dias? que como voy?
Cercado por la muerte y rodeado de imbéciles.
¿a que era simpàtico?
Que cosa me cuentas, Dios mío!!!!!
Imbecile era ese hombre!
dejemóslo en desagradable.
Bueno!
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