Dejo mi ignoráncia
.
Dejo mi ignorancia en la mesa
del comedor y salgo a la calle,
convencido de saberlo todo,
capaz de entender todo
aquello que pasa en la vida.
Pronto tomo conciéncia
que no ha sido la mía,
la decisión más juiciosa,
me doy cuenta que no entiendo
casi nada, de lo que pasa fuera
del espacio de mi casa. Abatido
vuelvo a mi abrigaño, recojo
la ignorancia de la mesa,
la pongo en la mochila y vuelvo a salir
Es mucho mejor así, sorprendido
me doy cuenta, de que es
precisamente la ignorancia,
aquello que no me hace sabio,
ni tener el conocimiento
de la mayoria de las cosas,
peró de lo que estoy seguro
es que esta ignorància mia,
la que habia abandonado
en un rapto de soberbia y lucidez,
es precisamente la que me hace
mucho más feliz.
*
2 comentarios:
Ya decia Jesus, "Bendecidos los pobres de espirito porque de ellos sera el reino de los cielos"
pobres de espíritu que no de bolsillo. Aunque una cosa suele ir asociada a la otra.
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