En las sendas no holladas. En los sembrados al margen de las represas, Huyendo de la vida vana, De todas las normas hasta hoy proclamadas, de los placeres beneficios, conformidades, De todo cuanto ofrendé para salvar mi alma, Diáfanas ahora para mí las normas no proclamadas aún, tan diáfanas como mi alma, Cual el alma del hombre, yo hablo para regocijo de los ca- maradas, Aquí estoy solo, frente a la estridencia del mundo, Altisonante y hablando aquí con aromáticas palabras, Sin rubor alguno (pues que en este lugar apartado puedo dar respuestas que nadie osaría), Fortalecido por la vida que en mí a manifestarse no se atreve y que, sin embargo, palpita, Resuelto hoy a no cantar otros cantos que los del másculo afecto, Proyectándolos a lo largo de esta vida sustancial, Legando desde aquí tipos de atlético amor, En el atardecer de este delicioso setiembre, en mis cuarenta y un años, Procedo para todos los que son o han sido jóvenes, Confío el secreto de mis noches y días, Celebro la necesidad de los camaradas.
Un día tomé entre mis manos tu rostro. Sobre él caía la luna. El más increíble de los objetos sumergido bajo el llanto. Como algo solícito, que existe en silencio, tenía que durar casi como una cosa y con todo nada había en la fría noche que más infinitamente se me escapara. Oh, porque desembocamos en estos lugares, se apresuran hacia la pequeña superficie todas las ondas de nuestro corazón, voluptuosidad y desfallecimiento, y al fin, ¿a quién ofrecemos todo esto? Ay, al extraño, que nos ha malentendido, ay, a aquel otro, que nunca hemos encontrado, a aquellos siervos, que nos han maniatado, a los vientos de primavera, que se han desvanecido, ya la quietud, la perdedora. Rainer Maria Rilke
Los sollozos más hondos del violín del otoño son igual que una herida en el alma de congojas extrañas sin final. Tembloroso recuerdo esta huida del tiempo que se fue. Evocando el pasado y los días lejanos lloraré. Este viento se lleva el ayer de tiniebla que pasó, una mala borrasca que levanta hojarasca como yo. Paul Verlaine