ESCENA DE AMOR
Cuando la noche arrastraba su cola de sombra,
le di a beber vino oscuro y espeso
como el almizcle en polvo que se sorbe por las narices.
La estreché como estrecha el valiente su espada,
y sus trenzas eran como tahalíes que pendían desde mis hombros.
Hasta que, cuando la rindió la pesadez del sueño,
la aparté de mí, a quien estaba abrazada.
¡La alejé del costado que amaba,
para que no durmiese sobre una almohada palpitante!
Ibn Baqui
1 comentarios:
Bello!! Hummmmmm...almohada palpitante!!
Que calientes son los andaluces. Perdón jajajaja
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