LOS OBJETOS
Los objetos se resisten a envejecer
sin apenas moverse ni cambiar
de lugar y acomodo.
Vanamente, se esfuerzan en impedir
que el tacto diario las deteriore,
pero su recesión es inevitable,
y el tiempo tozudo sigue y consigue
estropearlas.
Discretamente desaparecen,
como el beso fugaz en la mejilla
de alguien de quien esperábamos más.
1 comentarios:
Hummmmmm... me gustó la comparación.
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