DAÑOS COLATERALES
Mi atención se distrae
de lo que estoy mirando aburrido.
No debería leer periódicos
ni tragarme toda
la avalancha de información diaria
que me vuelve inmune
y no hace más
que azuzar mi indolencia,
y lejana mirada
en cualquiera de las desgracias
que suceden a diario en todas partes.
Los muertos y los damnificados
forman ya parte
de un rutinario paisaje cotidiano
que por reiterativo no me afecta,
salvo que el número sea muy alto
o la desgracia próxima.
Nos han vacunado contra todo mal
que no nos afecte a nosotros,
y han creado la sociedad de la indiferencia
ante los daños colaterales
del día a día de un mundo
estúpida y egoístamente globalizado.
3 comentarios:
Es verdad todo lo que dices. Me doy cuenta que en las noticias veo heridos y muertos y yo ni fu ni fa. Pero si pasan algo sobre animales, desvio mi mirada y de seguida cambio de estación.
La cantidad de información no nos ha hecho más grandes, ni más sabios, solo ha hecho hacer más pequeño nuestro corazón frente al horror.
Pensar que antes nos asustábamos del cuco!!
Y ahora no nos asusta un coche bomba...¿eh?
abrazo y ¡dios!
Eso ALDOUS HUXLEY Ya lo habia previsto.
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