obsesión primera
Oh muerte!, Siempre presente,
escondida junto a mí.
No tienes prisa ninguna,
mientras acechas la presa.
No has estado nunca ausente,
ángel de la muerte de los dioses.
Cuando se me lleves,
no podrás robarme
todo cuando he amado,
ni los soles que he visto salir,
o las pequeñas complicidades,
todas aquellas cosas que tú,
-------------nunca disfrutarás.
Y cuando ese día llegue,
no llevaré equipaje.
Se que no me hará falta.
Iré contigo tranquilo,
por tierras de tinieblas,
con la confianza, de encontrar
un camino,
----------un halo de esperanza.
*
4 comentarios:
No me gusta que hables con la muerte!
esta ahí, acechando sin ninguna prisa, pero acaba llegando y hay que convivir con ello.
Cuando llegar la hora, Francesc!
Es igual como cuando sabes que vas conocer alguién, no vas estar pensando en el/ella, antes de conocerlo. Ya llegará el dia!
como dice mi padre (93 años), no hay prisa para irse al otro barrio, para lo que haremos allí ya estamos bién aqui.
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