SOROA
En medio de las montañas
muy cerca de Candelaria
encontrareis Soroa,
impregnada de verde
como el resto de la isla,
la isla de Cuba.
Antes de llegar al pueblo
hay que ver el orquideario,
fuerte es la cuesta
que nos llevará hasta él.
Por el camino veremos
varios tipos de palmeras
incluso la pata de elefante
y un algarrobo de 300 años.
Una vez en lo alto, en la casa
que construyó un canario,
de nombre: Don Tomás,
y de apellido Camacho,
que fue el padre del orquideario.
Allí puede uno rehacerse
descansar un poco y admirar
la variedad de orquídeas
que de todos tipos y colores,
irisan el ubérrimo paisaje.
Bajaremos luego otra vez,
por el lado contrario, despacito,
acompañados de mas palmeras
mas orquídeas y plantas variadas.
Luego ya en la carretera
junto al puente que cruza el río
cuyo nombre es Manantiales,
un sinfín de escaleras irán bajando
hasta llevarnos al salto de Soroa.
Allí, en medio de las rocas, hay que
bañarse en las piscinas naturales,
que la erosión y el tiempo han creado.
Luego, al desandar el camino,
que largos se hacen los escalones
hasta llegar junto al puente,
y que bien sienta un mojito fresco
en la mesa del restaurante.
Mientras, viejos músicos desgranan
boleros y canciones del son cubano.
Todo está bien y en el sitio exacto.
El paraíso debe ser algo así,
naturaleza pura y sosiego,
con música de fondo de son cubano.
de siete horas en la Habana
3 comentarios:
Como yo ya había leído este texto cuando empecé a leerlo me acordé de seguida del orquidário.
está en siete horas en la habana, cuando ando justo de tiempo tiro de archivo.
Ya me había dado cuenta.
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