Noche de cine
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Recuerdas Txell aquella noche de verano:
íbamos al cine con Jordi como lo solíamos hacer
cuando Maria y Laura aún no habían llegado.
Una chica salía de su casa, llevaba un niño
en brazos y ambos lloraban angustiados.
Desde el cuarto piso, un hombre les increpaba
diciéndoles de todo. No había que ser muy listo,
para darse cuenta que se marchaba de casa,
que la relación se había roto.
Han pasado inviernos y veranos desde entonces
y habria habido ocasión para no acordarse,
pero la mirada y el llanto del niño
justo en el instante de cruzarnos con él,
aún no la he podido olvidar.
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Recuerdas Txell aquella noche de verano:
íbamos al cine con Jordi como lo solíamos hacer
cuando Maria y Laura aún no habían llegado.
Una chica salía de su casa, llevaba un niño
en brazos y ambos lloraban angustiados.
Desde el cuarto piso, un hombre les increpaba
diciéndoles de todo. No había que ser muy listo,
para darse cuenta que se marchaba de casa,
que la relación se había roto.
Han pasado inviernos y veranos desde entonces
y habria habido ocasión para no acordarse,
pero la mirada y el llanto del niño
justo en el instante de cruzarnos con él,
aún no la he podido olvidar.
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2 comentarios:
Triste, muy triste.
Y real, como la vida misma.
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